¿QUIÉN CREO LA VIDA HUMANA?
Un estudio publicado en la revista ‘Science’ afirma que las constantes de la física que rigen el universo pudieron haber evolucionado para permitir la vida.
Un nuevo estudio está un poco más cerca de revelar uno de los mayores misterios del universo: el origen del valor de las constantes físicas fundamentales, los hilos inmutables que definen el tejido de nuestra existencia. Estas constantes, como la relación de la masa del protón a la del electrón, han sido una fuente de intriga y especulación durante décadas. Si fueran un poco diferentes, el universo sencillamente no existiría o sería un lugar donde la vida sería totalmente imposible. ¿Por qué las constantes tienen los valores que tienen y qué significado podrían tener estos valores para la existencia de la vida?
Un nuevo estudio publicado por Kostya Trachenko en la revista científica revisada por pares Science el pasado 23 de agosto, ofrece una nueva perspectiva sobre esta vieja pregunta. Trachenko —basándose en su anterior estudio sobre la relación entre la viscosidad de los líquidos y estos misteriosos números— plante afirma “que los valores de algunas constantes físicas fundamentales están finamente ajustados y equilibrados para hacer posible nuestro mundo observable” pero que estas constantes no son arbitrarias ni producto del azar. El científico ruso sugiere que pueden estar íntimamente ligadas a los procesos de formación de vida y pueden haber evolucionado para hacer posible el ensamblaje de las moléculas y células que dieron lugar a la existencia de seres vivos.
Su investigación se centra en la importancia de las constantes en relación con la vida. “Muchos procesos vitales, incluida la formación de proteínas, ARN, células vivas y demás, operan en la escala de longitud y energía considerada en la física de la materia condensada”, señala su estudio. A esta escala, el comportamiento de los líquidos, gobernado por la fuerza de la viscosidad, se vuelve primordial. Trachenko afirma que la importancia de la viscosidad que controla el flujo de estas sustancias está firmemente integrada en los procesos vitales y su dinámica”.
Esta conexión entre la viscosidad y los procesos vitales lleva a la introducción de una “ventana bioamigable” para estas constantes. Es decir: Unos valores máximos y mínimos que permiten el desarrollo de los componentes necesarios para crear vida compleja. Si estas constantes se desviasen significativamente de sus valores actuales, nuestro universo sería un erial sin posibilidad de crear vida tal y como la conocemos.
Pero el estudio introduce además una posibilidad fascinante con respecto al afinamiento de estas constantes. Trachenko propone que es posible que las constantes fundamentales se afinaran poco a poco hasta alcanzar sus valores actuales, ajustándose con el tiempo para dar lugar a condiciones favorables para la vida que ahora tenemos.
Como dijo el gran divulgador científico y visionario astrofísico Carl Sagan, el cosmos está dentro de nosotros mismos: “Estamos hechos de polvo de estrellas. Somos una forma en que el universo se conoce a sí mismo.” Quizás, al entender estas constantes que gobiernan este universo, estemos un paso más cerca de entendernos a nosotros mismos y la realidad cósmica de la que somos parte.
Jesús Díaz
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