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EL MACHISMO DEL SIGLO XXI: DESAFÍOS Y TRANSFORMACIONES

En el siglo XXI, el machismo persiste como una fuerza arraigada en muchas sociedades alrededor del mundo, aunque su manifestación y aceptación han evolucionado. Aunque la lucha por la igualdad de género ha avanzado significativamente, el machismo aún se manifiesta en diversas formas, desde expresiones sutiles hasta manifestaciones más evidentes y perjudiciales. Este artículo explora cómo el machismo persiste en el siglo XXI y   seguimos viviendo en una cacería de brujas que siguen creando grandes  desafíos  para lograr una sociedad más equitativa.

Una de las formas más notables en que el machismo se manifiesta en el siglo XXI es a través de los roles de género tradicionales y las expectativas sociales asociadas con ellos. Aunque las mujeres han ganado terreno en áreas como la educación y la participación en la fuerza laboral, persisten brechas salariales y barreras para acceder a puestos de liderazgo. Estas disparidades son a menudo resultado de normas sociales arraigadas que asignan roles específicos a hombres y mujeres, perpetuando la idea de que algunos trabajos o actividades son más adecuados para un género que para otro.

Podemos encontrarnos también hombres, que se presenta como defensor de la igualdad, pero hace mofa del feminismo, pero su comportamiento en privado revela su verdadera naturaleza machista. En la sociedad, se presenta como un aliado de las mujeres, citando la igualdad de género y la equidad como sus principios fundamentales. Sin embargo,  ejercen el machismo de manera sutil pero persistente en sus perfiles tanto personal como  en redes sociales.

Cuando se enfrenta a críticas sobre su comportamiento, adoptan una postura machista, alegando que está siendo atacado injustamente. Utiliza retórica manipuladora para desviar la atención de sus acciones machistas, retratándose a sí mismo como una víctima de la “exageración feminista” se aprovecha del discurso feminista para justificar sus actitudes opresivas, mientras se retrata a sí mismo como un mártir incomprendido en lugar de reconocer su propia complicidad en la perpetuación del machismo.

Otra manifestación del machismo en el siglo XXI es la persistencia de la violencia de género. A pesar de los avances en la concienciación y la legislación destinada a prevenir la violencia contra las mujeres, sigue siendo un problema grave en muchas partes del mundo. Los estereotipos de género y la idea de la superioridad masculina pueden alimentar comportamientos abusivos y violentos hacia las mujeres, contribuyendo a un ciclo de opresión y control.
Además de la violencia física, el machismo también se manifiesta en formas más sutiles, como el sexismo cotidiano y el acoso sexual.

Desde comentarios condescendientes hasta la objetivación de los cuerpos de las mujeres en los medios de comunicación, estas actitudes y comportamientos perpetúan la idea de que las mujeres son objetos para el placer masculino o inferiores en comparación con los hombres.

La educación juega un papel crucial en la lucha contra el machismo del siglo XXI. Al fomentar la igualdad de género desde una edad temprana y desafiando los estereotipos de género en el aula, se pueden sentar las bases para una sociedad más inclusiva y equitativa en el futuro.

Además, la promoción de modelos a seguir positivos y la celebración de la diversidad de género pueden ayudar a desafiar las expectativas restrictivas y fomentar una mayor aceptación de la variedad de formas en que las personas pueden expresar su género.