ALTA SENSIBILIDAD Y MASCULINIDAD
Al margen de cómo se relacionan alta sensibilidad y masculinidad, ninguna persona altamente sensible está configurada para el mundo actual. Independientemente del género, existimos por una cuestión puramente evolutiva. El hecho es observable en otras especies y en un mismo porcentaje, un 20% del total de individuos. El dato está recogido en varios estudios publicados en revistas científicas.
Quizás, la tendencia de las PAS a ser reflexivas y cautas, era un aporte vital en la toma de decisiones del grupo. Estamos hablando de miles de años de clanes cuyos integrantes se protegían unos a otros y colaboraban para sobrevivir, pauta perpetuada desde los primeros homínidos. Cualquier otro modo de interactuar habría hecho la supervivencia imposible. Que hubiese personas altamente sensibles en la tribu era tan importante como que hubiera intrépidos que tomaran decisiones de forma impulsiva. Sea como fuere, hemos sobrevivido todos juntos hasta hoy.
En nuestros días manda la competitividad y el individualismo. Cada vez hay menos entornos favorables para las PAS, en consecuencia, perciben el mundo como un lugar hostil en el que no encajan. De algún modo, el no poder actuar desde nuestra forma innata de relacionarnos, nos lleva a perder el sentido de nuestra función social.
Por desgracia es algo que muchas han sufrido desde la infancia. La buena noticia es que poco a poco se va teniendo en cuenta el rasgo en algunos centros educativos. Muchos padres detectan de forma precoz a sus hijos NAS, normalmente porque han descubierto que uno o los dos cónyuges también son altamente sensibles o han leído algo que les ha resultado un retrato de su hijo o hija.
Pero hace no tantos años no existía esa información, así que la mayoría de las PAS descubren que lo son ya en edad adulta. Es entonces cuando, mirando atrás, las piezas encajan una tras otra y todo cobra sentido. Algunas de ellas, en su búsqueda de información y autoconocimiento, se unen a mis grupos de conversación y sesiones individuales. Y aquí es donde aparece el dato que me ha empujado a escribir este texto, casi no hay hombres.
Según el trabajo de Elaine N. Aron, el 50% de las personas altamente sensibles son mujeres y el 50% son hombres. Es un rasgo hereditario que se reparte en el mismo porcentaje entre ambos sexos.
El día que supe que era PAS me hice la misma pregunta que todo el mundo que lo descubre. ¿Dónde están las demás, si somos un 20% de la población, dónde están ocultas?
Investigué a fondo la alta sensibilidad, acto que me ha cambiado la vida para siempre. He tenido que ser consecuente y tomar decisiones difíciles para responsabilizarme y cuidar de quien soy en realidad. Al día de hoy soy asesor y coach de personas altamente sensibles y me dedico a divulgar el rasgo.
Ejerciendo mi oficio, aunque es algo que sospechaba que iba a suceder, pude comprobar que solo un pequeño porcentaje de las PAS que me contratan son hombres. Después de resolver la primera incógnita del 20% que me había planteado al conocer el rasgo (las PAS están por todas partes), se me planteaba una nueva.
¿Dónde están los hombres, cómo se relacionan alta sensibilidad y masculinidad?
No es nada extraño, no significa que Elaine N. Aron esté equivocada, para nada. Es reflejo directo de cómo nos educan a los hombres. Simplemente con echar un vistazo a mi propia infancia aparecen las pistas por todas partes.
Llorar podía significar la muerte social, era cosa de débiles, de niñas, tu masculinidad quedaba en entredicho. El mensaje era contundente, llorar era malo y ser una niña también. Machismo y homofobia en un mismo pack. Los adultos transmitían el mensaje de que no llorar te hacía más hombre, más fuerte. El conseguirlo a duras penas me hacía pensar que era débil y defectuoso.
Hay tantas historias distintas como personas, pero por lo general y en aquella época, todo lo referente a los sentimientos era terreno femenino. Nuestras madres amas de casa se ocupaban de esos asuntos, al fin y al cabo, era cosa de mujeres. Nuestros padres trabajaban y fuesen o no padres cariñosos y se preocupasen por sus hijos, lo habitual era que no mostrasen sus sentimientos más profundos. Eran hombres, tenían que reaccionar con corrección, madurez, valor y hombría. En cualquier situación un hombre debe dar buen ejemplo a su familia. Y nos educaban así, no puedes flaquear, tienes que ser duro o el mundo te comerá.
La publicidad, las películas y toda la programación de la televisión reforzaba esa idea de machos alfa y princesas que salvar. No debes mostrar tus sentimientos para no destapar tus debilidades y así podrás triunfar sobre los demás.
No sientas, compite y gana. He crecido con ese mantra y tampoco percibo que haya variado demasiado, hemos avanzado, pero queda un océano por atravesar. Y ese mensaje es contrario a la esencia de una persona altamente sensible que percibe el mundo como un lugar agresivo, lleno de injusticia, desigualdad y en el que no encaja.
Una PAS es puro sentir:
No les gusta competir, prefieren entornos colaborativos y ganar o perder les importa un pimiento, no les interesa triunfar sobre nadie. Pero nos vemos arrastradas por la corriente mayoritaria a no ser nosotras, a llegar incluso a enfermar por tratar de encajar a toda costa sintiéndonos defectuosas. Es una catástrofe, de ahí lo necesario de llevar a cabo una labor de divulgación y concienciación. Porque si ya es complicado crecer sin saber que eres altamente sensible, sin el apoyo necesario para una correcta gestión, peor aún es hacerlo siendo un hombre con el agravante de vivirlo desde la vergüenza y el silencio.
La sociedad y las convicciones propias adquiridas durante la educación, consiguen que un hombre PAS llegue a vivir la relación entre su alta sensibilidad y su masculinidad como un conflicto interno.
Si eres un hombre PAS y aún no has encontrado el equilibrio entre las dos cosas, lo más probable es que hayas estado luchando contra tu alta sensibilidad para fortalecer tu masculinidad. El problema reside en el hecho de que debes hacer justo lo contrario, abrazar tu sensibilidad y luchar contra la masculinidad irreal que te han estado vendiendo. Descubre la tuya propia.
Juan Carlos Carrasco
Coaching de personas altamente sensibles
- “SÓLO 84 DÍAS” - 13/05/2024
- ¿CÓMO ME OBLIGAS, JUEZ, A ESTAR CONFORME CON MI MALTRATADOR? - 11/04/2024
- EL CONSUMISMO, COMO FENÓMENO CULTURAL - 13/12/2023